a veces no te recuerdo, un par de veces. Esta no es una de ellas.
Hoy mientras miraba desesperadamente como el metro se detenía más de lo normal en cada estación pensé en ti, como si fueses a venir corriendo antes de que las puertas se cerrasen; te imaginé en cada estación, en cada maldita estación.
A veces ya no quiero pertenecerte.
20111126
20111124
y aquí estoy escribiéndote, sabiendo que no me leerás, pero uno nunca sabe, como dice mi mamá y los grandes en general. Uno nunca sabe nada, ni si viviré más rato o si mañana llegaré tarde a clases o me fumaré un cigarro antes de dormir. No me preocupa tanto el mañana en verdad, o sí, no sé, es difícil decirlo cuando las cosas pierden sentido. El problema es la esperanza, siempre que queda un poquito la cobardía también toma su puesto y juega, esperanza no me deja hacer nada. Odio esto. Y no sé cómo hacer que termine.
Recién me atacó una araña y lo único que atiné a hacer después de que la maté fue tomar el celular y marcar tu número que ni siquiera sé si es el mismo, pero, bueno no pude apretar llamar (maldita cobardía y esperanza). Eres la única que me entendería sobre lo terrible y horroroso que es el ataque de una araña cuando estás en la cama. Te contaré un secreto; siempre que te decía; ay, pero chancha como le tienes miedo, o tranquila, o cuando mataba cualquier bicho para que tú te sintieses tranquila yo me moría por dentro y quería gritar igual que tú y llorar y todo eso, pero no podía porque tenía que cuidarte, pero ahora aquí estoy con las manitas temblando de miedo y los ojos nublados de pena y sin nadie que me cuente un cuento para dormir.
6 días y frenillos fuera. Me tomaré una foto para ti, que quizá en unos cuantos años más puedas ver.
Recién me atacó una araña y lo único que atiné a hacer después de que la maté fue tomar el celular y marcar tu número que ni siquiera sé si es el mismo, pero, bueno no pude apretar llamar (maldita cobardía y esperanza). Eres la única que me entendería sobre lo terrible y horroroso que es el ataque de una araña cuando estás en la cama. Te contaré un secreto; siempre que te decía; ay, pero chancha como le tienes miedo, o tranquila, o cuando mataba cualquier bicho para que tú te sintieses tranquila yo me moría por dentro y quería gritar igual que tú y llorar y todo eso, pero no podía porque tenía que cuidarte, pero ahora aquí estoy con las manitas temblando de miedo y los ojos nublados de pena y sin nadie que me cuente un cuento para dormir.
6 días y frenillos fuera. Me tomaré una foto para ti, que quizá en unos cuantos años más puedas ver.
20111123
vamos a volar un poco
Hace mucho tiempo que no te veía conectada, tengo tantas ganas de hablarte pero sé que es insensato y no quiero que termine como siempre. No, aún no lo he entendido, pero aquí va.
Desde que me contaste ese cuento esa noche hace más de dos años me enamoré de ti, no, mentira, fue antes, cinco días exactamente, cuando pediste dinero al aire para un coyac y yo no tenía cincuenta pesos en el bolsillo por lo que me odié como dos horas hasta que puse mi brazo en tu pierna, despreocupadamente, sentándome en el piso como si te hubiese visto muchas veces antes y tú no dijiste nada, me miraste o no lo hiciste, no sé, no podía mirarte a los ojos en ese momento, y me paré y me fui y tú sabes lo que pasó después. Desde ahí que te amo, sé que lo sabes, pero siento la necesidad enorme de gritártelo sin ninguna intención de reacción, sino de alivio, quiero quitarme todo esto, no porque quiera dejar de amarte, ya lo siento un poco imposible, pero que deje de ser así, tan tortuoso y dramático.
Quiero contarte que tenemos un perro nuevo que se llama negro, es muy negro así como tú, y muy grande y muy amigo del junior, es el mejor, siempre me va a buscar al bus cuando es tarde y me acompaña caminando por el camino de tierra hasta la casa.
El Juanpi fue papá de nuevo de la Maite que es muy bonita e igualita a él, la Angie está embarazada y va a tener a la Juanita pronto, muy pronto, ay, bueno, no se llamará Juanita pero me gusta decirle así porque es chistoso.
Algo muy importante, la Gabi tiene andante, sí, es bacán, sé que estarías tan emocionada como yo si la vieses, es tan bonito.
El Nico está gigante, es más alto que las nubes, de verdad, todo un caballero. Está tan grande que a veces cuando caminamos de la mano por la calle la gente debe pensar que es mi pololo con cara de guagua.
La negra y el pato están muy bien, como cabros chicos bonitos que son felices, y cuando pelean yo tengo que llamar al pato porque los dos son muy orgullosos como para hacerlo.
Muchos nudos, a dormir.
Desde que me contaste ese cuento esa noche hace más de dos años me enamoré de ti, no, mentira, fue antes, cinco días exactamente, cuando pediste dinero al aire para un coyac y yo no tenía cincuenta pesos en el bolsillo por lo que me odié como dos horas hasta que puse mi brazo en tu pierna, despreocupadamente, sentándome en el piso como si te hubiese visto muchas veces antes y tú no dijiste nada, me miraste o no lo hiciste, no sé, no podía mirarte a los ojos en ese momento, y me paré y me fui y tú sabes lo que pasó después. Desde ahí que te amo, sé que lo sabes, pero siento la necesidad enorme de gritártelo sin ninguna intención de reacción, sino de alivio, quiero quitarme todo esto, no porque quiera dejar de amarte, ya lo siento un poco imposible, pero que deje de ser así, tan tortuoso y dramático.
Quiero contarte que tenemos un perro nuevo que se llama negro, es muy negro así como tú, y muy grande y muy amigo del junior, es el mejor, siempre me va a buscar al bus cuando es tarde y me acompaña caminando por el camino de tierra hasta la casa.
El Juanpi fue papá de nuevo de la Maite que es muy bonita e igualita a él, la Angie está embarazada y va a tener a la Juanita pronto, muy pronto, ay, bueno, no se llamará Juanita pero me gusta decirle así porque es chistoso.
Algo muy importante, la Gabi tiene andante, sí, es bacán, sé que estarías tan emocionada como yo si la vieses, es tan bonito.
El Nico está gigante, es más alto que las nubes, de verdad, todo un caballero. Está tan grande que a veces cuando caminamos de la mano por la calle la gente debe pensar que es mi pololo con cara de guagua.
La negra y el pato están muy bien, como cabros chicos bonitos que son felices, y cuando pelean yo tengo que llamar al pato porque los dos son muy orgullosos como para hacerlo.
Muchos nudos, a dormir.
20111120
20111116
20111111
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